Extraviarme

¡Tantos mundos imaginarios dentro de mi mundo mundano, tantos submundos!, a uno de esos es a dónde hoy quiero irme. En cada uno de ellos conviven tantas dislocaciones del mío. ¿Quién podría asegurar si eso que allí avizoro es real?  Quisiera irme a cualquier lado a dónde yo esté esperando por mí mismo, sin que la realidad me alcance, a dónde escoger con libertad así lo que escoja sea un naufragio.

Hoy no busco un destino a donde llegar con sextante, ni para arribar allí solo ni para compartir con nadie. No estoy buscando una ruta marcada, camino detrás de mis errores; hoy quiero romper con la rutina. Repetir la misma vía se me antoja angustiante. Solo persigo el vacío, sin lograr que una sordina apague esta misma pregunta repetida hasta el hartazgo, pues me carcome el cerebro sin saber qué contestarle. Hay un reloj dinamitando el mutismo con su tic y con su tac, pero no me dice nada. No me permite hallar un silencio a donde me pueda auscultar. Quiero oírme a mí solo, no quiero escuchar a nadie; quiero un espacio desierto para llenarlo con aire, a donde consiga ser mi propio espejismo.

Hoy solamente quisiera que a mí no me encuentre nadie, yo solo quiero extraviarme, y buscar una salida y luego esconder la entrada. Quisiera permanecer afuera, cuando la lluvia inunde las calles, cuando me alcance la noche sin que alguno me tropiece antes; que cuando quiera volver no descubra las pisadas, debiendo construirme de nuevo, o teniendo que inventarme.

Hoy, no persigo la lógica, ni que mis sesos estallen, ni saber si lo que pienso se parece a lo que existe. Quiero espantar todos los hábitos, acabar con lo de siempre, que se vuelva una aventura desconocer donde ando, que los fantasmas dormidos se despierten en mi cama. Quiero perder el sentido, que se me crucen las calles, y que en medio de ese ruido también se crucen los cables. Que no haya una palabra que logre identificarme. Que me llame como nunca, que mi nombre sea disímil al que siempre me ha nombrado; quiero perderme en la lucha, luchando por despistarme; encontrar un espacio propio que pueda ser mi refugio, cuando no busque un destino para compartir con alguien. Sigo soñando despierto, soñando con extraviarme.