Durante este último año he podido plasmar, en 54 fragmentos, una pequeña parte de lo que he encontrado al asomarme a mi interior. En medio de la mudez he descubierto historias que allí, tenían vida propia. De no haberlas concretado por escrito quizás habrían pasado desapercibidas o se hubieran disuelto en la nada.
Generalmente observo la vida desde mi intimidad hacia afuera, pero en el último año he estado empeñada en observar un poco más desde mi exterior hacia adentro: buceando en el fondo, buscando mi propia mismidad, esa que siempre está ahí esperando a que la encuentre, solo que en algunas ocasiones se camufla con el rumor externo por lo que no me es posible ubicarla. En los últimos meses me he entrenado en perseguirla, en escuchar las voces que me permiten darle sonido a imágenes, ponerle orden a pensamientos y hacer que los clamores internos afloren como fragmentos, lo cual posibilita que los personajes e historias que estaban atrapadas en mi interior sean colocados en tierra de nadie, o en tierra de todos, ubicándose en escenarios no pensados. Es así, en conjunto, como surgen los textos que he compartido con quienes leen este blog.
En el proceso de querer materializar esas voces interiores, surge una paradoja: al igual que mi voz otra mismidad se hace presente, la de la identidad personal de cada uno de los protagonistas. Rivalizamos, surge un contrapunteo, me interpelan, hay un continuo cuestionamiento sobre si lo que debo revelar es aquello que veo, escucho y se hace presente dentro de mí o sobre aquello que imagino que ven y escuchan los personajes de las historias. Esto me ha situado en medio de un constante juego de espejos: una parte del yo, quiere exponerse; mientras emerge otra parte que prefiere no hacerse pública. La dificultad estriba en encontrar lo que es válido decir. Fragmentos de mismidad ha sido el espacio donde mi mismidad y la de los personajes dialogan todos los domingos desde hace un año, convirtiéndose en el territorio donde adquieren sonido mis murmullos y se apropian de sentido mis interlocutores.
A partir del mes de noviembre introduciré otro tipo de textos en el blog, mientras construyo nuevas historias disminuirá la frecuencia de publicación. Estaré subiendo contenido solamente el último domingo de cada mes. Agradezco a quienes han encontrado en la lectura dominical un espacio que los convoca, de forma especial a aquellos que con su retroalimentación nos alientan a quienes encontramos en la escritura un espacio para exteriorizar nuestra fantasía.