Su vida había estado limitada por unos puntos suspensivos, siempre a la espera de que sucediera algo que pusiera fin al suspenso en que se mantenía. El paso del tiempo la fue obligando a la concreción y cualquier día los puntos sucesivos se comprimieron volviéndose un solo punto. Todos pensamos que ya no tendría que preocuparse más por ese limbo en el que vivía. Terminaría la zozobra, estaba claro el camino. Entrada la noche la llamé, quería saber si se sentía más tranquila por tener un punto a donde aferrarse. «NO», me dijo, «es claro que tengo un punto para asirme a él. Un solo punto, pero ahora me debato entre si es un punto seguido o un punto aparte».
Seguimos con sueños Maria T
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Muy bellos tus escritos María T. Todos invitan a la reflexión.
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Qué difícil es vernos en esas encrucijadas. Gracias Maria T, por hacernos reflexionar desde el corazón.
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A veces puede ser mejor disponer de unos puntos suspensivos, que un solo punto, sobretodo si es final. Divertido fragmento, aunque quedo antojado de más líneas
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Me parece estar leyendo la metamorfosis, un poco de realidad y un poco de distorsión de esta. Las frases se alargan y se recogen tratando de buscar un equilibrio que no llega a satisfacer las necesidades.
Eso es la vida, una serie de inconsistencias que nunca se sabe si van a concretarse en algún momento.
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Difícil!!!!
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