Estaba parada cuando lo vio venir. Era como un haz de luz que se movía a una velocidad sin límites. No supo por qué, pero desde cuando lo divisó pensó que era el tiempo, solo que no estaba segura de si era el tiempo que había pasado o el que estaba por venir. No habría problema si era el que ha pasado, ese ya se lo había gastado; se asustó pensando que fuera el tiempo por venir porque a esa velocidad se le acabaría la vida en décimas de segundo. Ella le clavó la mirada y el haz, en un instante, la atravesó por el ombligo y siguió de largo. Pasó sin que lo sintiera. Cuando ya no se veía la luz, comenzó a escuchar el silbido que la acompañaba, fue solo cuando hizo conciencia de que ya no había haz luminoso. Entonces, en el silencio y la oscuridad el eco de una pregunta retumbaba en su cabeza: ¿dónde buscar el tiempo perdido?
No hay donde! No hay manera,
Por eso me parece una buena manera de recordarnos qué hay que vivir cada segundo
Me gustaMe gusta
María, buen tema. Esa cuarta dimension que siempre nos intriga y que corre muy rápido cuando más queremos que se detenga. Muchas veces no sabemos si nosotros paramos o es el tiempo que nos adelantó. Vivimos en esa relatividad que einstein nos recordó
Me gustaMe gusta
Excelente María T. Me gusto.
Me gustaMe gusta
Lo que hemos construido en ese tiempo es lo importante. Mira tus logros y siéntete orgullosa de haberlo gastado muy bien.
Me gustaMe gusta
María muchas gracias. La vida es una sola y que hay que disfrutarla porque el tiempo no se detiene.
Me gustaMe gusta
Que relativo es el tiempo, a veces se nos hace interminable y en otras ocasiones pasa como un suspiro, pero a medida que nos pasa la vida el tiempo adquiere un valor diferente y el más valioso es aquel que nos llena el alma.
Gracias MariaT por hacernos pensar en el tiempo vivido y en el que vendrá.
Me gustaMe gusta