Insomnio

Uno, me digo y respiro.
Dos, respiro sosegadamente. Trato de estar en calma.
Tres, inhalo/exhalo.
Cuatro, me pregunto: ¿qué debo ver? Ah… sí. Ovejas. ¿Debo iniciar de nuevo contando ovejas? Seguramente sí, así que empiezo:
Uno, me digo y respiro mientras veo una oveja saltar sobre una cerca.
Dos, respiro sosegadamente. Trato de estar en calma mientras viene otra oveja lista para saltar.
Tres, inhalo/exhalo y aquí viene aquella lista para ganar salto alto en los olímpicos.
Cuatro, me pregunto: ¿cuántas deberán saltar la cerca para que me duerma de nuevo?

Son las 3. 30 de la mañana, no quiero tomar ningún aparato electrónico. Sé que la luz haría más difícil conciliar el sueño.

Cinco, vienen en grupo la madre, el padre y la ovejita; me asalta ahora una inquietud: ¿debo seguir con seis o pasar a ocho porque eran tres ovejas las que acaban de saltar? Inhalo/Exhalo. La mente en blanco para cualquier pensamiento que no sea el salto de las ovejas.
Estoy en calma. Vamos, me digo, ahí viene otra, ¡pero qué linda! tiene zapaticos de lana. Me pregunto si son hechos con lana de algún miembro de su familia, como me pregunto si los zapatos que lavé ayer y dejé secando detrás de la nevera aún seguirán mojados.

Nueve, diez, cambia el clima sobre la cerca, se ve nublado. Hace frío, menos mal las ovejitas tienen lana que las abrigue para la inclemencia del tiempo, pero ¿y mi hijo? Mi hijo me dijo anoche que el clima en Londres cambió de manera brutal de un día a otro, el termómetro descendió sin permiso y él… ¿él habrá salido abrigado? Tenía mucha tos y debe protegerse, pero no tiene lana propia que lo cobije.

Prosigo doce, trece, lo voy a lograr, diecinueve, veinte. Ahora son más lentas, esta que viene es más pesada, no creo que logre saltar y a propósito: ¿hace cuanto que me había propuesto bajar de peso? Sí sigo así yo tampoco podré saltar. Inhalo/ Exhalo.
Miro de nuevo el reloj, las 4. Me coloco boca arriba, con las manos a los lados, no cruzo las piernas ¿cuál es la posición que me recomendó la terapista? Inhalo/Exhalo.
Veinte, treinta, cuarenta. ¿Qué harán las ovejas para conciliar el sueño? ¿Tendrán un ciclo circadiano distinto al nuestro? Hace calor. El ventilador suena.
Noventa, Cien, ciento diez. ¿Se valdrá contar de diez en diez? ¿Necesitaré un relojero que me ayude con mi reloj biológico?
Ciento veinte, ciento treinta, ciento cuarenta. Cada vez vienen menos ovejas a saltar la cerca. Me preocupa que se deban ir a dormir ahora porque ¿quién acompañará mi desvelo? ¿Quién pondrá en orden mi ciclo circadiano? ¿Se descompuso mi reloj biológico? ¿Tomarán Melatonina las ovejas, cuando tienen insomnio, o contarán personas saltando una cerca?

13 comentarios en “Insomnio

  1. Gracias María muy divertido y una realidad, pero aunque no sea efectivo el contar ovejas hasta más de 100, al menos tenemos compañía al dormir😴😴😴😴😴😴😴😴

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  2. Adoro las ovejas que me acompañan en mi desvelo, me recordaste una a una. Gracias Maria T por darle un toque simpático al desvelo que nos trasnocha. Te felicito por este maravilloso blog.

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  3. Bien Maria, N poco de humor es necesario. El insomnio no es una manera de decirnos la naturaleza que no hemos terminado nuestros planes y que nos acostamos sólo para cumplir el rito del sueño?

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  4. Muy buen fragmento pero a mi no me sirve contar ovejas durante mis horas de insomnio. Después de visualizar las primeras, me da hambre y procedo a contar chuletas. Termino invariablemente a las 3 am en frente de la nevera.

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  5. Muy creativa tu manera de enfrentar las horas que pasas sin dormir! A mí me encantan las ovejitas pero creo que pensar en ellas me dá más ternura que sueño mientras las alimento, las baño y les hablo!

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